4. Ocho años después de Pacem in terris, en 1971, el beato Papa Pablo VI se refirió a la problemática ecológica, presentándola como una crisis, que es « una consecuencia dramática » de la actividad descontrolada del ser humano: « Debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, [el ser humano] corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación ».También habló a la FAO sobre la posibilidad de una «catástrofe ecológica bajo el efecto de la explosión de la civilización industrial», subrayando la «urgencia y la necesidad de un cambio radical en el comportamiento de la humanidad», porque «los progresos científicos más extraordinarios, las proezas técnicas más sorprendentes, el crecimiento económico más prodigioso, si no van acompañados por un auténtico progreso social y moral, se vuelven en definitiva contra el hombre»
Imagen enlazada dehttps://i0.wp.com/upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/db/Dharavi_Slum.jpg |
El drama anunciado comienza a tomar cuerpo. La humanidad lleva varias décadas siendo consciente del daño que está haciendo a la naturaleza, y del riesgo que corre para sí misma. La propia Iglesia lleva décadas compartiendo esta conciencia .
Sin embargo, no parece que madure una verdadera actitud de conversión , una actitud que lleve a un cambio profundo de estilos de vida y comportamientos. La conversión del hijo pródigo se está haciendo esperar, y continúa su comportamiento derrochador . ¿Hasta cuándo seguirá así?