LS 61. Basta con abrir los ojos

61. Sobre muchas cuestiones concretas la Iglesia no tiene por qué proponer una palabra definitiva y entiende que debe escuchar y promover el debate honesto entre los científicos, respetando la diversidad de opiniones. Pero basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa común. La esperanza nos invita a reconocer que siempre hay una salida, que siempre podemos reorientar el rumbo, que siempre podemos hacer algo para resolver los problemas. Sin embargo, parecen advertirse síntomas de un punto de quiebre, a causa de la gran velocidad de los cambios y de la degradación, que se manifiestan tanto en catástrofes naturales regionales como en crisis sociales o incluso financieras, dado que los problemas del mundo no pueden analizarse ni explicarse de forma aislada. Hay regiones que ya están especialmente en riesgo y, más allá de cualquier predicción catastrófica, lo cierto es que el actual sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista, porque hemos dejado de pensar en los fines de la acción humana: «Si la mirada recorre las regiones de nuestro planeta, enseguida nos damos cuenta de que la humanidad ha defraudado las expectativas divinas»

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Basta con mirar a nuestro alrededor. El proceso de cambio climático, la contaminación ambiental, la multiplicación de residuos… no son verdades de fe, ni aspectos que la Iglesia deba definir desde su Magisterio. Son simples verdades de hecho, que no sólo la ciencia, sino el mismo sentido común, nos ponen delante. Otra cosa es que queramos verlas o prefiramos no sólo mirar hacia otro lado, sino justificarnos o, lo que es peor, meternos a científicos de coyuntura para tratar de negar la realidad que estamos viendo.

Hay que abrir los ojos, contemplar la realidad y dejarse interpelar por ella. Tan sencillo como eso. Tan sencillo, pero parece que tan difícil a la vez… Un ejemplo típico de resistencia al cambio, que llega a deformar la realidad para justificarse. ¿Lo utilizarán los expertos en gestión de personas de las grandes empresas, o serán ellas precisamente las interesadas en esa resistencia a la realidad para evitar el cambio?

Es una experiencia tan cercana, tan de cada día, como la que canta Maná en el video que adjuntamos. Sólo hace falta querer mirar, y dejarse convencer por la realidad…

Miguel Ángel

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