Primera semana de Adviento: conciencia de a qué nos estamos preparando
Martes 3. Para ser conscientes, hacer silencio
Is 11, 1-10
Sal 71
Lc 10, 21-24
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Zumba, zúmbale al pandero, / al pandero y al rabel
Toca, toca la zambomba. / Dale, dale al almirez.
La Navidad es un tiempo de fiesta y alegría
en el que música y ruido nos invaden por doquier.
Sin embargo, estamos comenzando el Adviento,
que no es tiempo de fiesta, sino de preparación para la fiesta.
¿Qué pasaría si,
preparando una comida para los amigos,
nos la empezáramos a comer antes de su llegada?
Es posible que, a la hora prevista para la comida,
no nos queden ya ni viandas ni apetito para comer.
Usemos, pues, este tiempo de Adviento
para lo que es. Preparémonos para escuchar
los profundos “sonidos del silencio”,
donde resuena el paso de nuestro Dios
Y dejémosle a Jesús el hueco, libre y lustroso,
que Él mismo quiera ocupar.
Todo tiene su momento,
y cada cosa su tiempo bajo el cielo.
Tiempo de nacer y tiempo de morir,
tiempo de arrancar y tiempo de plantar…
tiempo de callar y tiempo de hablar
(Eclesiastés 2, 1-2.7b)
Danos, Señor, una experiencia de silencio que nos lleve a decir, con Jesús:
“Te damos gracias porque has revelado estas cosas a los sencillos y humildes”
Cristianismo y ecología 