FT 018. Una sociedad cainita

18. Partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo «no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si “todavía no son útiles” —como los no nacidos—, o si “ya no sirven” —como los ancianos—. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos»[13].

13. Discurso al Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede (11 enero 2016): AAS 108 (2016), 120; L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (15 enero 2016), p. 7.

El mundo atiende a criterios diferentes a los de Dios. La antítesis del samaritano:

"Entonces el Señor le preguntó a Caín: 
—¿Dónde está tu hermano Abel? 
Y Caín contestó: 
—No lo sé. ¿Acaso es mi obligación cuidar de él?" (Gn 4, 9)

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