«En Dios vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17, 28).
Ver las lecturas de hoy, 12 de diciembre.
Gusanillo (Is 41). El Señor nos coloca en nuestra justa medida. Sin embargo, lo hace para asegurarnos su cuidado, cuidado que hará brotar un vergel en el desierto
Cariñoso (Sal 144). Dios lo es con todas sus criaturas (con todas). Por eso tiene sentido la alabanza común.
Admitirlo (Mt 11). Jesús, nacido de mujer, dice que Juan es el más grande nacido de mujer. Es curioso cómo se reconocen (y se dan reconocimiento) quienes viven del Espíritu, totalmente abiertos a la voluntad de Dios. Entre ellos surge una fraternidad real, de base.
La actitud de Dios hacia quienes se abren a Él es cariñosa y comprometida, sin lugar a dudas. Y quienes lo reconocen son capaces de reconocerse también mutuamente.
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