LS 59. Esconder la cabeza…

59. Al mismo tiempo, crece una ecología superficial o aparente que consolida un cierto adormecimiento y una alegre irresponsabilidad. Como suele suceder en épocas de profundas crisis, que requieren decisiones valientes, tenemos la tentación de pensar que lo que está ocurriendo no es cierto. Si miramos la superficie, más allá de algunos signos visibles de contaminación y de degradación, parece que las cosas no fueran tan graves y que el planeta podría persistir por mucho tiempo en las actuales condiciones. Este comportamiento evasivo nos sirve para seguir con nuestros estilos de vida, de producción y de consumo. Es el modo como el ser humano se las arregla para alimentar todos los vicios autodestructivos: intentando no verlos, luchando para no reconocerlos, postergando las decisiones importantes, actuando como si nada ocurriera.

Imagen enlazada de https://coachingtdah.com/1502-2/

Esconder la cabeza. Pero no para protegerla de algun golpe, no, sino para no usarla cabalmente.

Es lo que parece sugerir el Papa en este párrafo de la Laudato: que para mucha gente es mejor no querer ver el problema, porque eso significaría cambiar de estilo de vida. Y por ahí no se quiere pasar. Por tanto, no existe el problema…

La sorpresa es que igual existe el problema, y posiblemente nos afecte de lleno. Y para cuando se manifieste de verdad, puede que hayamos perdido un tiempo precioso, ese tiempo de no ver, de no querer mirar.

«Comamos y bebamos, que mañana moriremos…» ¿Y si perdemos, con ello, la oportunidad de disfrutar de un estilo de vida más pleno, aunque más austero, y vivir con él algunos días más? ¿Dejando, además, que también otros puedan vivir esos días de más?

Nacha Guevara nos lo canta con un poquito de humor… aunque resulta que no es el avestruz, precisamente, un animal que esconde la cabeza.

Miguel Ángel

Deja un comentario