Palabra que acampa entre nosotros
Dios mío, confía tu juicio al rey, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan paz y los collados, justicia. Que él defienda a los humildes del pueblo, y socorra a los hijos del pobre.
Que en sus días florezca la justicia, y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.
Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol. Que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. Sal. 71, 2.3-4ab.7-8.17
A qué nos estamos preparando
Estamos ya en la tercera semana de Adviento, y cada día nos acercamos más, al gran acontecimiento de nuestra historia, El Nacimiento del Hijo de Dios, y en estos días, la liturgia nos invita a vivir en alegría, “La Alegría del Espíritu” éste mensaje inspirador es para toda la humanidad, pero de manera especial para los más pobres y oprimidos de este mundo, que hoy siguen solicitando la justicia de Dios, la misma justicia, que hoy podemos aprender del rey justo del salmo, que nos dice; no exijáis más de lo debido, procura ser justo, ya que la injusticia cometida contra los pobres y humildes contrasta con la justicia y el amor de Dios, trabaja por la paz en el mundo, por los pobres y su dignidad, para que en sus días florezca la justicia, y la paz hasta que falte la luna.
Cuestión de fondo
¿Hasta qué punto baso mi identidad personal en el trabajo? ¿Cómo me siento cuando no tengo trabajo remunerado?
“La realidad social que vivimos en la actualidad tiene en el trabajo su tema principal.
Nuestro sistema económico sitúa el trabajo como el medio con el cual conseguir dinero para vivir. Pero ha identificado vivir con consumir bienes y además nos ha hecho creer que determinados bienes son necesarios”.
La falta de trabajo no sólo afecta a la situación económica sino a la identidad personal (esto es más acusado en los varones).
El sistema capitalista repartió hace ya unos 300 años los papeles de su “obra de teatro” y al varón lo identificó con el trabajo y la asunción de riesgos. Así le expropió la posibilidad de expresar sentimientos, el cuidado de los hijos, su cuidado personal, la queja, la sexualidad más allá de la pura genitalidad…. En fin, todo aquello que le podía distraer de trabajar y producir cada vez más.
A la mujer la situó en la casa y le permitió cuidar y cuidarse, organizar el hogar, expresar sentimientos y quejas, relacionarse…para que cuando llegara el trabajador, lo recogiera, cuidara, alimentara y lo enviara al día siguiente de vuelta al trabajo.
A la mujer se le expropió el trabajo remunerado, los espacios sociales, el desarrollo personal, la sexualidad.. pero a lo largo de los años, la mujer ha ido recuperando poco a poco lo que se le expropió .
El hombre, en cambio no ha sabido recuperar nada apenas.
Cuando el hombre se ve en paro, se siente desorientado Y ENTRA EN UNA CRISIS DE IDENTIDAD, pues toda su vida estaba mediatizada por el trabajo. Es un tiempo seco y triste y el vacío se hace inmenso.
Pero también este tiempo duro se puede convertir en oportunidad para recuperar, poco a poco, paso a paso, algo de lo expropiado; Así el hombre se podrá sorprender conectado con sus sentimientos y lo que realmente quiere.
Oportunidad para que sienta y perciba que el cuidado de sus hijos es tarea principal suya, que el cuidado del hogar es tarea principal suya, que se permita no ponerse en riesgo innecesariamente, que se permita no tener que estar dando pruebas de hombría a cada minuto, a cada hora .. y renazca junto a su mujer, como pareja con los mismos derechos y obligaciones y con una identidad que no tiene los pies de barro sino que aflora de lo profundo.”
Un gesto, una esperanza
Hacer pequeños gestos de recuperar lo que se nos ha expropiado en aras del trabajo, cada uno según el camino que lleve recorrido.
Puede ser tanto encargarse de tareas de la casa, como tener un rato de conversación con tu pareja/hijos desde los sentimientos….
Caminantes como nosotros
En un centro de Salud de Fuenlabrada hemos puesto en marcha un grupo de hombres en el cual, a lo largo de 10 sesiones se ha creado un espacio de dialogo y aprendizaje a cerca de la realidad del hombre en paro. Han acudido 21 hombres, la participación ha sido intensa y los descubrimientos también.
Sólo es una semilla, pero el que uno descubra que ES más allá de lo que HACE o deja de hacer, genera personas sanas, autónomas, con capacidad de pensar e implicarse con la realidad.
Oración para que nos acompañe durante el día
¡Oh alto y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento. (Oración de San Francisco de Asís, frente al Cristo de San Damián)
Si esto te toca