Una invitación a continuar la lectura paso a paso de Fratelli Tutti

Han pasado 18 días desde la publicación oficial de la Fratelli Tutti, y 17 desde que iniciamos este intento de lectura compartida del texto de la encíclica párrafo a párrafo, paso a paso. Una lectura que vaya más allá del intento de síntesis (tantos y tan sabios se han publicado ya), que se acerque a la riqueza de cada frase, de cada palabra, de cada entrecomillado… Merece la pena.

Pero no hemos conseguido que fuera una lectura compartida, que era el objetivo de este rinconcito. Algunas aportaciones sueltas aquí y allá han hecho que la mayoría de comentarios hayan tenido que salir de la propia lectura de quien esto escribe y su limitada capacidad, con la sensación además de no conseguir aportar gran cosa más allá que el propio texto papal.

Quizás no es el momento, con la preocupación y la complicación que todos vivimos con el coronavirus. Quizás no es el medio adecuado, compartir reflexiones interiores a través de un medio público como este. Quizás es que la encíclica habla tan desde la sencillez que es difícil comentar mucho más que lo que el propio Papa ofrece.

No hay que insistir. Cada uno seguiremos con nuestra lectura de la encíclica. Paso a paso, ratito a ratito, sentada a sentada… Cada uno tendrá su estilo, cada uno tendrá su forma de sacarle jugo. Y de dejarse «contaminar» por el espíritu que emana de cada esquina del texto. Y cada uno tendrá la oportunidad de llevarlo a su vida, a la vida de su grupo, a la vida de su pueblo, de su tierra, de su país… A la vida de todos, en definitiva, donde sin duda ninguna nos seguiremos encontrando.

Dejamos, pues, aquí el espacio de lectura compartida, y proponemos a quienes estén interesados en continuar leyendo la encíclica que lo hagan desde la edición que tengan a mano, o utilizando la que desde aquí hemos seguido: la que se puede acceder en la página web del Vaticano.

Cualquier cosa que se desee compartir podrá encontrar su hueco como comentario a esta entrada, que iremos revisando con periodicidad. Y con lo que sí continuaremos, a su paso más lento, más de «recochura», es con la lectura de la Laudato Si.

Leer una encíclica por párrafos genera una riqueza enorme. Ahí seguiremos…

Imagen tomada de https://fundacioneducativafranciscocoll.es/wp-content/uploads/2020/10/fratelli_tutti_201009.jpg

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