Segunda semana. Convertir la manera de pensar: juzgar
Lunes 05. La sabiduría de los relatos bíblicos [65-75]
Lecturas de la misa del día:
Is.35, 1-10
Sal 84, 9-14
Lc 5, 17-26
Convertir la mirada y la manera de pensar:
Es importante leer los textos bíblicos en su contexto, con una hermenéutica adecuada, y recordar que nos invitan a «labrar y cuidar» el jardín del mundo (cf. Gn 2,15). Mientras «labrar» significa cultivar, arar o trabajar, «cuidar» significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. [67]
Misión importante la que nos atribuye la encíclica: cuidar, proteger, cultivar… Podríamos pensar que será Dios quien lleve a efecto esas tareas, y que “el desierto y el yermo se regocijarán” porque “han brotado aguas en el desierto” (Is 35,1.6) por acción de Dios. Sin embargo, Dios no actúa al margen de nosotros, sino por nuestro medio: “El poder del Señor lo impulsaba a curar”, leemos en el evangelio de hoy (Lc 5, 18), y convierte la acción humana en medio y sacramento de su propia acción.
Convertir el estilo de vida y comportamiento:
Todo está relacionado… El auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás [70]
→ Una propuesta práctica: Podemos rezar para que llueva en el desierto, y después esperar o tomar una regadera y comenzar a regar. ¿Qué pequeños pasos puedes dar para producir un pequeño milagro a tu alrededor? ¿Qué cambios en tu estilo de vida puedes definir para comenzar a cuidar la naturaleza y a quienes la habitan, tanto en tu alrededor como entre quienes más pueden estar sufriendo?
Convertir el corazón y el espíritu:
En un mundo tan complejo podemos esperar a que Tú, Señor, resuelvas las cosas.
Pero en vano esperaremos si pensamos que la solución no pasa por nuestras manos.
Habremos de pedir tu intervención, abriendo manos y corazón a tu misericordia
y dejándoles hacer lo que Tú les llamas a hacer: amar, cuidar, cultivar, acoger…