Retiro ECCE-01 (1). Conectarnos con, y en, la Creación

Hace ya un año que compartimos la experiencia de nuestro primer retiro de espiritualidad cristiana en clave ecológica (lo que resumiremos con este juego de siglas tan significativo: ECCE), como contábamos en la anterior entrada de este blog. Y ya entonces hablamos de la posibilidad de limar un poco los materiales utilizados para poder difundirlos y que pudieran ser de utilidad para otras comunidades creyentes. Durante este tiempo hemos estado repasando un poco los materiales, y a la par desarrollando un itinerario de iniciación a la ecología integral que facilite el acceso a este tipo de experiencias (que también trataremos de presentar en estas páginas) y compartiendo la experiencia de nuestro primer retiro con un grupo de adultos de la parroquia de Nuestra Señora de Las Rosas. Y con todo este bagaje a nuestras espaldas, comenzamos a compartir las dinámicas y materiales de ese primer retiro (ECCE-01).

Planteamos el retiro como un retiro-convivencia de fin de semana completo, en un espacio que combinara la oración y el silencio con la oportunidad de compartir y celebrar, siempre desde una conciencia de preocupación por la sostenibilidad de la vida. Y decidimos compartir en esos días una dieta vegetariana, aunque sin rigideces, como apertura a esa sostenibilidad.

Comenzamos el viernes por la tarde y, como no podía ser de otra manera, una vez instalados compartimos un ejercicio de oración en torno a la palabra de la Creación, desde la lectura del primer capítulo del Génesis y una motivación en torno a la misma de nuestra hermana Mari Carmen Molina. Puestos ya en situación, pasamos a vivir el primer bloque específico del retiro, que pretendía romper un poco con el ritmo de vida en el que nos apresuramos y realizar un ejercicio de conexión inicial con la naturaleza como creación, un ejercicio en el que percibir la vida que desborda a nuestro alrededor y nuestra profunda relación con ella. El guión lo preparó José Antonio Buzón, y para el retiro que realizamos con la parroquia de Las Rosas hizo una adaptación Arantxa Carballés.

Salir a buscar un espacio adecuado en medio de la naturaleza, realizar el ejercicio (calmada y gozosamente) y regresar, compartiendo lo vivido, a la casa, nos llevó el resto de la tarde, con lo que sólo quedó a continuación reunirnos a compartir las viandas que cada uno trajo como cena.

Y aquí lo dejamos de momento. En una próxima entrada compartiremos el siguiente bloque, que bien podría centrarse en la frase del Salmo 8 «¿Qué es el ser humano?»…

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