LS 53. Profecía, liderazgo y normas

53. Estas situaciones provocan el gemido de la hermana tierra, que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo. Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos. Pero estamos llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que él soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud. El problema es que no disponemos todavía de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis y hace falta construir liderazgos que marquen caminos, buscando atender las necesidades de las generaciones actuales incluyendo a todos, sin perjudicar a las generaciones futuras. Se vuelve indispensable crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y asegure la protección de los ecosistemas, antes que las nuevas formas de poder derivadas del paradigma tecnoeconómico terminen arrasando no sólo con la política sino también con la libertad y la justicia.

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La actitud del profeta aparece claramente descrita en el inicio de este párrafo: atento a la realidad, que parece revelar una necesidad de cambio, descubre la llamada de Dios que le envía, precisamente, a poner manos a la obra y hacerlo posible. Y en este caso, la realidad que «clama otro rumbo» es el maltrato que le proporcionamos a la casa común desde hace unas décadas. A la casa común y, con ella, a sus habitantes…

No andamos escasos de profetas que denuncien la situación ecológica y social en estos tiempos. El papa Francisco es, precisamente, uno de ellos, pero los hay por doquier, y algunos jugándose la vida. Lo que faltan son verdaderos líderes, líderes políticos y sociales que pongan manos a la obra e impulsen a sus conciudadanos en la dirección correcta. Precisamente esto es lo que justifica la bronca de Greta Thunberg a quienes debían ejercer como tales líderes, los representantes de los estados ante Naciones Unidas…

Hacen falta normas, sí,  que limiten la destrucción, el canibalismo llevado a cabo por los intereses económicos y de todo tipo que habitan en la Tierra. Pero hacen falta líderes que las definan y las hagan posibles, y de eso parece que andamos faltos. Ricardo Cantalapiedra cantaba a la falta de profetas, pero yo hoy cantaría (si lo hiciera bien)  la falta de líderes comprometidos…

Miguel Ángel

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