Octava previa a la Navidad. Convertir el corazón: ACTITUDES
Martes 20. Salir de sí mismo, superando el individualismo [208]
Lecturas de la misa del día:
Is. 7, 10-14
Salmo 23
Lc 1, 26-38
Convertir la mirada y la manera de pensar:
Siempre es posible volver a desarrollar la capacidad de salir de sí hacia el otro. Sin ella no se reconoce a las demás criaturas en su propio valor, no interesa cuidar algo para los demás, no hay capacidad de ponerse límites para evitar el sufrimiento o el deterioro de lo que nos rodea. Cuando somos capaces de superar el individualismo, realmente se puede desarrollar un estilo de vida alternativo y se vuelve posible un cambio importante en la sociedad. [208]
He aquí una de las claves fundamentales de la encíclica Laudato Si. Aunque realmente es una clave fundamental del Evangelio y de toda espiritualidad. Dios es amor, donación, entrega de sí. El Evangelio de hoy domingo nos trae el ejemplo de María yendo a visitar a su prima Isabel. Y la lectura de la carta a los Hebreos nos invita a ponerlo en práctica: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”.
Convertir el estilo de vida y comportamiento:
La actitud básica de autotrascenderse, rompiendo la conciencia aislada y la autorreferencialidad, es la raíz que hace posible todo cuidado de los demás y del medio ambiente, y que hace brotar la reacción moral de considerar el impacto que provoca cada acción y cada decisión personal fuera de uno mismo. [208]
→ Una propuesta práctica: Hoy me propongo considerar el impacto que provoca alguna de mis acciones a lo largo del día. Por ejemplo, las repercusiones de utilizar el ordenador o dispositivo electrónico con el que estoy leyendo este texto, Puede ayudar el vídeo “De dónde viene y a dónde va… mi teléfono móvil” (11 min).
Convertir el corazón y el espíritu:
Dios omnipotente,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.
Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas
sin dañar a nadie.