19 de diciembre – Sábado 3ª semana

Octava previa a la Navidad. Convertir el corazón: ACTITUDES  

Sábado 19. Conversión Integral [137, 218]   

 19 diciembreLecturas de la misa del día:
Jc 13, 2-7.24-25a

Sal 70

Lc 1, 5-25

 

 

 

Convertir la mirada y la manera de pensar:

Recordemos el modelo de san Francisco de Asís, para proponer una sana relación con lo creado como una dimensión de la conversión integral de la persona. Esto implica también reconocer los propios errores, pecados, vicios o negligencias, y arrepentirse de corazón, cambiar desde adentro. [218]

https://youtu.be/tiROzGgrNu4

Proponemos contemplar el video de Cáritas Española para la campaña 2015-2016 y dejar que nos anime e interpele.

Convertir el estilo de vida y comportamiento:

Para que pueda hablarse de un auténtico desarrollo, habrá que asegurar que se produzca una mejora integral en la calidad de vida humana, y esto implica analizar el espacio donde transcurre la  existencia de las personas. Los escenarios que nos rodean influyen en nuestro modo de ver la vida, de sentir y de actuar. A la vez, en nuestra habitación, en nuestra casa, en nuestro lugar de trabajo y en nuestro barrio, usamos el ambiente para expresar nuestra identidad… (146.)

→ Una propuesta práctica: Hoy me propongo tomar conciencia de que necesito bien poco para vivir. Cuando acuda a mi alguna demanda de consumir, diré en primer lugar “no lo necesito”, y así tantas veces como sea necesario hasta que pueda reconocer que lo que necesito es bien poco. Como decía San Francisco “Necesito poco y lo poco que necesito, lo necesito poco”… Esta música interior podrá ayudarnos a la conversión interior e integral

 Convertir el corazón y el espíritu:

DIOS QUE HAS DE VENIR

Mira, otra vez es adviento en el año de tu Iglesia, Dios mío.

Otra vez rezamos las oraciones de la expectación y de la constancia,

los cantos de la esperanza y de la promesa.

Y otra vez toda miseria y toda expectación y todo aguardar lleno de

fe se aglomeran en la palabra: «Ven»

Extraña oración: Ya has venido,

pusiste tu tienda de campaña entre nosotros,

has participado de nuestra vida con sus pequeñas alegrías,

con su larga rutina y su amargo fin.

¿Podíamos invitarte con nuestro «ven» a algo más que eso?

Penetraste tanto en nuestra vulgaridad

que ya casi no te podemos distinguir de los demás hombres.

Dios, que te llamaste hijo del hombre,

¿podías acercarte más a nosotros mediante tu venida?

Y, sin embargo, oramos: ven.

Y esta palabra nos sale del corazón

como en otro tiempo a los patriarcas, reyes y profetas

que veían tu día solamente desde lejos y lo bendecían.

19 de diciembre

 

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